Por: Rubiela Tapazco Arenas
Usted se sentirá como el protagonista de una película de ciencia ficción, como esas tantas que ve en el cine o la televisión, con dinosaurios inmensos, que atacan a los humanos, que compiten por su espacio, con ágiles e impresionantes movimientos.
Así será este nuevo atractivo del Jardín Botánico del Quindío, el único bosque de insectos de esta categoría en el mundo, un lugar como para Gregorio, el personaje de la metamorfosis de Kafka.
Al ingresar al Robotario, nos encontraremos con una hormiga gigante, un grillo compañero, la larva o gusano de la mariposa, una mantis, el cucarrón pelotero y la araña, todos ellos, de dos metros de altura y unos cuerpos miles de veces superiores a los naturales, con sus movimientos y comportamientos idénticos a los de estos seres que nos rodean.
Estos seres, son hijos de la inventiva de Carlos Alberto Rendón, especialista quindiano en robótica que materializó sus sueños y los de Alberto Gómez Mejía, para darle a los visitantes al Jardín Botánico del Quindío otro motivo de diversión, de búsqueda de lo elemental, de lo sencillo, de respeto por todos los seres vivos, de cariño por nuestro entorno y de amor por el medio ambiente.
El Jardín Botánico, su laberinto, su torre, sus senderos, sus pájaros, el mariposario y ahora el Robotario son nuestros, están en el Quindío, es un gustazo confundirse con ellos.
martes, 16 de septiembre de 2008
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